Desde la aparición de la primera versión de Firefox, a finales de 2005, el programa creado por la Fundación Mozilla ha pasado de jugar un papel anecdótico en el mercado de los navegadores a convertirse en el preferido del 28% de los internautas europeos (19% en España) y el 18% de los estadounidenses. Pero Tristan Nitot, presidente para Europa y Mike Schroepfer, vicepresidente de ingeniería, explican que su objetivo no es venderle un producto a millones de personas y hacer mucho dinero, sino promover la innovación y la libertad de elección en Internet.
Mozilla funciona de forma descentralizada, con colaboradores en todo el mundo que trabajan desarrollando, promocionando y traduciendo los programas. Un centenar personas en todo el mundo cobra por su trabajo para la fundación, integrados en un colectivo de 800 desarrolladores y miles de voluntarios. En España la comunidad más activa se dedica a la localización del software en catalán, gallego, castellano y vasco. «Firefox nunca incorporará tecnologías para la gestión digital de derechos de autor»