Ya tardaba Microsoft en tomar parte activa en uno de los negocios más lucrativos de los próximos años: la telefonía gratuita por internet, un mercado que podría superar los 30.000 millones de euros dentro de apenas tres años. Y si bien es cierto que la compañía de Redmond lleva tiempo haciendo «guiños» y preparando el terreno a base de comprar empresas del sector y anunciar que incluirá el software adecuado en la mayor parte de sus programas, el auténtico «desembarco» no se había producido aún.
Fue el pasado jueves cuando el presidente de Microsoft, Steve Ballmer, anunció oficialmente en Zurich la estrategia que seguirá para la comercialización de la próxima versión del popular paquete ofimático «Office». Dirigido, por el momento, al sector empresarial, Ballmer desveló sus flamantes Office Communication Server 2007 y Office Communicator 2007. Para un futuro no precisado, aunque próximo, las nuevas funciones se incluirán también en las versiones destinadas a particulares.
Con estas nuevas armas en su arsenal, la empresa de software más poderosa del mundo se introduce de lleno en el terreno de firmas como Skype (la empresa comprada por eBay el pasado año por 2.600 millones). Algo que, por otra parte, algunos de los «grandes» de internet (Google y Yahoo) ya habían empezado a hacer con los nuevos servicios de voz incorporados a sus portales.
El nuevo producto de Microsoft, que ya se ha empezado a comercializar en Suiza, llegará al resto de los mercados en las próximas semanas.
Este programa, según anunció Ballmer, permitirá conversar a través de IP, mediante un teléfono compatible, y organizar conferencias de audio o vídeo. Por supuesto, también será posible compartir documentos.
Reticencias iniciales
En apenas unos años, la telefonía por internet ha pasado de ser una extravagancia a un negocio lucrativo. Y, a pesar de las reticencias iniciales, todas las operadoras de telefonía han empezado a ofrecer productos y servicios basados en la VoIP. La entrada de los grandes ha supuesto también serias dificultades para las empresas que, como la propia Skype, nacieron especialmente para explotar ese negocio. Los particulares, sin embargo, no han demostrado por el servicio el interés que se esperaba, ya que muchos siguen siendo muy reticentes con respecto a los servicios de pago.
Pero con las empresas, la cosa es muy diferente. Y ése es precisamente el terreno que ahora intentan explotar las operadoras y las grandes compañías de internet, incluida Microsoft. El menor coste (que no la gratuidad) es un incentivo suficiente para que millones de empresas de todo el mundo se decidan a dar el paso.
Fuente: abc.es